Con algunas excepciones, todo piano posee un número cercano a las 220 cuerdas. La afinación consiste en nivelar la tensión de cada una de estas cuerdas, conforme a un temperamento determinado. Este procedimiento se realiza con herramientas especializadas y aplicando diferentes técnicas, ya que cada piano presenta una situación particular y una respuesta dinámica.
Múltiples factores inciden para que una afinación sea satisfactoria, destacándose la preparación y experiencia del profesional que realiza el trabajo, la calidad del piano y su capacidad de soportar noblemente la tensión que demanda cada cuerda, y el tiempo invertido en el proceso de afinación.
En la actualidad conviven el tradicional sistema de afinación aural y distintas alternativas electrónicas. Cada sistema posee sus ventajas y desventajas, pero en el arte de combinarlos radica la excelencia en la afinación del piano.